Acerca de Monteagudo de las Vicarías
Descubre los secretos centenarios y la esencia única de Monteagudo de las Vicarías, donde cada piedra cuenta una historia, cada calle susurra tradiciones, y cada rincón revela la magia de nuestro pueblo en Soria
Un vistazo al pasado, un compromiso con el futuro
Historia que cuenta nuestra identidad
Desde sus orígenes humildes hasta convertirse en un rincón emblemático de Soria, la historia de Monteagudo de las Vicarias se despliega como un libro que narra el paso del tiempo. Sus calles empedradas susurran historias antiguas, cada edificación cuenta los capítulos que han dado forma a nuestro pueblo.
Monteagudo emerge como una villa amurallada, majestuosamente asentada sobre un espolón, cuyos vestigios aún perduran, destacando la imponente Puerta de la Villa o del Arco en la dirección suroeste. En el año 1168, el concejo de Soria anheló su dominio, pero la voluntad del rey impidió su entrega, consolidándose aún más con la obtención de los privilegios conocidos como Vicarías en 1238.
En el convulso escenario de la guerra civil entre Pedro I el Cruel y Enrique Trastámara, Monteagudo se erigió como una plaza estratégica. Posteriormente, sería concedida a Beltrán Dugesclín por Enrique Trastámara, solo para ser adquirida más tarde por este último. La presencia de los Mendoza, ilustres señores de Almazán, comenzó a perfilarse en la villa a principios del siglo XV.
La imponente estructura del castillo que abraza gran parte del paisaje montañoso fue erigida bajo la mano experta de Juan Hurtado de Mendoza a partir de 1415. El nieto de este hábil arquitecto, Pedro de Mendoza, alcanzó la distinción como conde de Monteagudo en el año 1475. A las postrimerías del siglo XV, el skyline de Monteagudo se vio enriquecido con el inicio de la construcción de la parroquial gótica, un testimonio arquitectónico de la historia que sigue resonando en cada rincón de este encantador pueblo de Soria.
Cultura local
Sumérgete en la alegría de nuestras festividades locales. Desde celebraciones religiosas hasta eventos culturales, cada festividad es una oportunidad para experimentar la energía y la pasión de Monteagudo de las Vicarias.
En Monteagudo de las Vicarias, el 25 de agosto marca el inicio de las festividades más esperadas: las fiestas patronales en honor a la Virgen de Nuestra Señora de Bienvenida. Una celebración que fusiona la devoción religiosa con la alegría y la tradición comunitaria.
El 24 de agosto, la atmósfera se carga de emoción con una procesión única. La imagen de la patrona parte desde su ermita hacia la Iglesia en una procesión significativa. La tradición toma forma con la subasta de los cuatro banzos, donde la Virgen es llevada al templo por aquellos que han pujado con mayor generosidad. En un emotivo gesto, los lugareños entran en la Iglesia para entonar la salve, creando un momento de comunión única.
Las festividades cobran vida a las 8:00 horas del 25 de agosto con el toque de diana, anunciando un día repleto de celebraciones. Una procesión matinal precede a la misa solemne en la Iglesia a las 12:00 horas, donde la comunidad se reúne para rendir homenaje a la Virgen de Bienvenida. Por la tarde, la devoción se extiende por las calles con una nueva procesión, donde se reza el rosario en honor a la patrona.
El día 26, el pueblo se reúne nuevamente para la Misa de Difuntos, un acto de recuerdo y reflexión. La tradición sigue con un momento dulce, compartiendo chocolate con bizcochos, creando la ocasión perfecta para estrechar lazos y celebrar la vida.
