Es un Santuario mariano, extrarradios del pueblo. Fue construida con anterioridad a 1543, pero el paso del tiempo y otras adversidades, han deteriorado su estructura y construcción, por lo que ha sido objeto de sucesivas reformas. Consta de nave única rectangular y ábside cuadrado orientado al este, por lo que existen ciertas sospechas que pudiera tratarse de la evolución de una primitiva iglesia visigótica, remodelada y sujeta a ampliaciones posteriores; hipótesis que debería confirmarse. Está presidida por un sencillo pero bello, retablo barroco.
Exteriormente, presenta un carácter sobrio y austero; los muros son de mampostería y están reforzados por esbeltos contrafuertes; apenas se abren vanos, solamente dos ventanales abocinados en la parte superior y la portada, con modelo neorenacentista, orientada al sur. El alero, ha tenido que ser encintado para evitar amenaza de quiebra. En épocas pasadas sus paramentos interiores exponían exvotos, ofrendas a la Virgen de Bienvenida en signo de alguna gracia recibida; incluso, durante un tiempo fue lugar de peregrinación, habilitándose una sala a fin de que los peregrinos pudieran descansar y reponer fuerzas.
Gozó de autonomía económica, fruto de las múltiples propiedades que poseía, circunstancia que le permitía mantener un ermitaño con su familia, encargado del cuidado, custodia, administración e incluso, enterramiento en la propia ermita. Se ignora en qué momento se perdieron aquellos privilegios; probablemente, tras la adsorción por la Iglesia-Parroquia, deciden que la Virgen de Bienvenida pase a desempeñar el papel patronal de la villa de Monteagudo, quedando la Virgen de la Muela con la titularidad de la Iglesia.
Texto: Antonio Ruiz López.