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Pantano de Monteagudo

Descubre la historia y la belleza natural del Pantano de Monteagudo, un tesoro hídrico que encuentra sus raíces en la década de 1870.

El actual embalse de Monteagudo tiene su origen natural en una laguna endorreica; conocida desde antiguo, no será hasta la década de 1870 cuando varios vecinos ven la posibilidad de embalsar y, posteriormente, distribuir el agua. Con este fin, en enero de 1878, deciden asociarse mediante acta notarial y solicitar del Estado la correspondiente autorización para construir un pantano que ponga bajo riego 391 hectáreas, en el paraje denominado de La Nava. Después de un año de espera, en diciembre de 1878, el Ministro de Fomento, Francisco Queipo de Llano, concede la autorización a D. León Beltrán y otros vecinos de Monteagudo de las Vicarías.  

El proyecto consistía, básicamente, en desviar agua del río Regajo y mediante un canal de alimentación llenar el vaso que se cerraría en los puntos más bajos con diques de contención; en una segunda fase de la obra se ocuparían de trazar la red de acequias para suministrar agua a las fincas. Finalizadas las obras entorno a 1885, dos circunstancias paralizan su puesta en marcha. En primer lugar, la epidemia de cólera de 1885 desilusiona a los vecinos-asociados y al inspirador del proyecto, el médico, que abandona la localidad; además, la inversión privada no encuentra rentabilidad, puesto que los propietarios no puede comprar el agua por falta de recursos. Y, en segundo lugar, la adversa pluviometría no acompaña. En definitiva, se produce una parálisis que se prolonga en el tiempo, enmarañando el proyecto con enredos judiciales.

Al fin, en el primer cuarto del XX, el pueblo adquiere la propiedad mediante subasta judicial. El objetivo es aprovechar sus aguas para regar una superficie que se había ampliado a 600 hectáreas; sin embargo, se encuentran con el grave inconveniente climatológico, no llueve suficiente y el Regajo sufre un fuerte estiaje; luego, la solución pasa por derivar aguas del río Nágima, que tiene un caudal más regular, capturándolas en el paraje denominado “Valdeabejar”, aguas arriba, en una cota más elevada que el pantano. Finalmente, en la década de 1950, se ejecutó esta obra, con excelentes resultados; el aprovechamiento del riego supuso para el pueblo cierto desahogo y prosperidad, no sin esfuerzo y sacrificio. Y, llegados a la década de 1980, la concesión inicial, otorgada por 99 años, según el Real Decreto de 1878, finaliza y el pantano pasa a propiedad del Estado, ejecutando la ampliación del vaso, 10 hm cúbicos, y la reforma del entramado de acequias.       

El embalse y su entorno, es un paraje natural de gran belleza y uno de los humedales más importantes de la Comunidad de Castilla y León; punto de paso y descanso de aves migratorias que en los meses de transición, principalmente, marzo y septiembre, encuentran en estas latitudes su aposento; igualmente, es zona de nidificación para diferentes especies y posee, además, una rica vegetación acuática de palustre. En consecuencia, estas características facilitan la declaración de ZEPA. 

Texto: Antonio Ruiz López.